miércoles, 18 de diciembre de 2013

Budín de alcachofas


Ingredientes:

   Unos 8 corazones de alcachofas medianas, pueden ser alcachofas frescas o congeladas hervidas o de bote, si son pequeños poner el doble.
   1 brik pequeño de nata para montar
   4 huevos
   3 rebanadas de pan de molde o pan duro que remojaremos en leche

Preparación:

Mezclaremos con una batidora los corazones de alcachofa (reservaremos 2 o 3 para cortarlos en trocitos pequeños), la nata, los huevos y las rebanadas de pan remojadas en leche. Una pizca de sal.

Se pone todo en un molde untado en aceite y espolvoreado con pan rallado. Unos 12 minutos al microondas potencia máxima.


 

domingo, 15 de diciembre de 2013

Mandarina sobre nieve




Ingredientes (para 10 personas):
    5 yogures griegos
    ½ kg de helado de vainilla
    6 hojas de cola de pez (gelatina)
    2 kg de mandarinas: una parte la cortaremos en trocitos y con la otra haremos zumo (½ litro aproximadamente)
    1 granada
    1 paquete de barquillos o galletas para decorar


Preparación:

Haremos la base mezclando el yoghurt griego y el helado de vainilla al 50% aproximado.

Preparamos una gelatina suave con mandarina y hojas de cola de pez: Se ponen 6 hojas de cola de pez (para calcular exacta la cantidad, seguid las instrucciones del propio paquete) en agua fría hasta que se hidrate y ablande, las escurrimos y las deshacemos con un poquito de agua caliente. Cogemos la mezcla de zumo y trocitos de mandarina y la vamos incorporando poco a poco sin dejar de remover a la gelatina disuelta.
Dejamos que se enfríe en la nevera para que cuaje. Puede tardar unas 3 horas.

Solo queda montarlo en capas. Primero la mezcla del yogur con helado, después la gelatina de mandarina, unos granos de granada y el barquillo.

Esta es una receta de mi amiga Núria, una persona muy dulce e innovadora en la cocina.

Nota post post: He hecho el postre con puré de mango en lugar de mandarina, ha quedado delicioso!

domingo, 27 de octubre de 2013

Microiniciativas



¿Qué es tu casa? ¿Dónde empieza? Y sobre todo ¿Dónde termina?

¿Sientes como algo tuyo la escalera por donde subes a tu rellano? ¿Y la acera que pisas antes de entrar en tu portal?

¿Te pertenecen de alguna manera todos estos espacios? En el registro no, por supuesto.
Pero, ¿Los sientes como algo que te liga a tu entorno? ¿Cómo te gustarían que fueran para sentirte mejor? Sucios, descuidados o armónicos, bonitos, sugerentes, cómodos…
Mucho de todo esto también depende de ti. No solo respetando o no destrozando, depende también de ti construir iniciativas que los fortalezcan.

Imagínate un cuadrado de tierra, de esos que hay en las calles alrededor de un árbol. Algunos se llenan de basuras a lo largo del día. Hay mucho incivismo o pocos contenedores.
Empezar a plantar en él, regarlo de vez en cuando, volver a plantar cuando han robado o han pisoteado las matas que empezaban a brotar.
Mi última ocurrencia fue el colgar macetas hechas con botellas de plástico, de esas que tiramos a la basura periódicamente. Llevan un mes y aun sobreviven. Nadie ha tenido todavía interés en llevárselas a su casa.
Llevo 3 años con esta inciativa y tengo esquejes para muchos más.

Os animo a que plantéis delante de vuestra casa, que hagáis un pequeño jardín en la tierra que rodea al árbol. Salir a la calle y ver unas flores o unos brotes en primavera seguro que te sacan una sonrisa.

En ese pequeño jardín ya nadie tira basuras.

Y lo más bonito de todo, empiezan a surgir nuevos jardines en mi calle:






domingo, 10 de febrero de 2013

Preguntas



¿POR QUÉ?

¿Por qué somos como somos? ¿Por qué sentimos, por qué necesitamos, por qué queremos, por qué deseamos?
¿Por qué pensamos, creamos, imaginamos, soñamos?

¿Por qué algunos tenemos tanta necesidad de todo eso que es inherente al ser humano? ¿Pero por qué además tenemos tal premura en darle forma a la expresión?

¿Por qué no nos podemos quedar callados, por qué no nos podemos conformar con hacer, con escuchar, con acatar, con caminar para llegar? 

¿Por qué a sabiendas que a veces el hacer nos dará problemas, por qué lo hacemos?

¿Por qué además algunos tenemos la urgencia de sacar de dentro lo que nos fluye, vaciarnos de todo eso que nos desborda, por qué debemos darle forma a nuestros sentimientos, ponerle colores y notas, por qué todo este esfuerzo agotador nos satisface?

¡Que fácil sería para el alma no tener ese trabajo, que sencillo sería todo!
No complicarse a que una frase te quede bien, no esmerarse a que un color degrade en otro.
No afinar la voz para no desentonar, no encuadrar bien una imagen...

Hacerlo bien o querer hacerlo bien, toma su tiempo, supone un esfuerzo, pero es necesario.
Es necesario para quién lo siente como imprescindible.

Otros quizás valoran la actitud como superflua, retórica, banal, extravagante.

-  ¡El mundo puede seguir girando aunque tú no bailes!
-  ¡El sol saldrá cada mañana aunque tú no sueñes! 

¡Y es que en el fondo tienen razón! Así ha sido por los siglos de los siglos.

¿Cuantos han muerto y con ellos enterraron sus esperanzas y la especie ha seguido adelante?

¿Cuántas vidas destruidas y seguimos avanzando?

¿Cuantos niños mutilados y seguimos creciendo?

¿Pero qué es el sol, qué es el mundo, qué es el cielo si tú no los vives como quieres? ¿Qué significa la Vida, si la vida misma que llevamos dentro no florece como pide?

¿De qué sirve tener conciencia y no actuar en consecuencia? ¿De qué sirve tener ganas para no hacer?
¿De qué sirve necesitar para no querer tener?

Somos tan complejos y sin embargo estamos tan llenos de la sencillez de la poesía. ¿Como entonces no expresarla si queremos? 

Es como decirle y repetirle al corazón que deje de latir. Sensaciones, misterios, búsquedas, encuentros, sorpresas, desengaños, esperanzas...
¿No son energía para seguir luchando? El luchar es parte del caminar hacia adelante.

El cambiar es preciso para experimentar. El riesgo del error, el riesgo del arrepentimiento, el riesgo del fracaso rotundo.

¿Pero que derrota fuera tan grande como para no seguir queriendo?

La muerte. La única gran derrota cuando queda todavía surco por arar en la tierra.

Mientras se intuya la senda entre la maleza. Mientras la idea de llegar algún sitio exista. Mientras la ilusión de ver el paisaje perdure…

Mientras nuestra cabeza imagine lo que no hay. Mientras soñemos mundos hermosos y justos. Mientras pensemos que juntando nuestras fuerzas llegaremos más lejos…

Mientras eso y todo lo que no digo pero pienso no fallezca, entonces aún tendrá sentido seguir caminando.